martes, 6 de octubre de 2009

BREVE REFLEXIÓN RELACIONADA CON LAS IDEAS DE CONDORCET

Este es un breve texto que en algun momento llegué a publicar en el blog principal como parte de los comentarios (jeje), claro! cuando apenas comenzaba a examinar este mundo de los "blogs", que hasta en ese momento era nuevo para mi. Despues de tantos intentos por emplear mi propio espacio, hoy decidí finalmente utilizarlo y a través de el, volver a poner a disposición de ustedes mi sencillo texto, y seguir publicando otros más que espero sean de provecho para quienes los lean.....
En primer lugar, sepan que me es grato formar parte de esta comunidad en la que con vasta libertad estaremos compartiendo distintos puntos de vista sobre temas que emanan de la historia de la educación.

Ha sido verdaderamente placentero, estar leyendo uno a uno los comentarios que con gran versatilidad se han estado publicando durante semanas en el blog principal. Opiniones que por el hecho de ser simplemente “opiniones” realmente me han hecho pensar en esa libertad por la que muchos años se ha estado luchando…”libertad de pensamiento”.
Con las condiciones en las que actualmente vivimos (no tan buenas por cierto) ¿Quién puede imaginar cuánto se ha tenido que luchar para conseguir que todos sin distinción alguna tengamos acceso a la libre expresión de nuestras ideas?… No vayamos tan lejos... ¿Quién puede tan solo pensar cuánto se tuvo que hacer para lograr que pudiéramos tener al menos “Un derecho”? Al lanzar estas preguntas, tal vez note que pocos (si no es que nadie) sienta interés por ellas, pero a la vez en mi conciencia imaginare a hombres como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, o el mismísimo Condorcet diciendo:”... ¡Cómo a ustedes no les ha costado!, ¿Qué importancia tiene verdad?…”.
Este último, con gran elocuencia nos da a conocer en sus escritos la situación que se vivían en el siglo XVIII en Francia. Tiempo, en el que el hombre era un esclavo más de los poderosos, no tenía la libertad de pensar por si mismo, de escoger lo que más le convenía. Se vivía bajo el dominio de una monarquía absoluta y aceptando “las verdades indiscutibles” de la iglesia, una crítica a estas era fatal para quien la hacía.

Es por esto, que Condorcet mostrando gran decisión, habla sobre una necesidad de “instrucción pública”, pues para él, el objetivo de esta consiste en…”No hacer que los hombres admiren una legislación ya hecha, si no que sean capaces de entenderla y corregirla”, dicho en otras palabras, buscar que los hombres se convirtieran en seres 100% críticos, capaces de consultar su razón en todo momento y de igual manera capaces de hacer uso de su libertad expresando sus ideas.
Sin temor a equivocarme debo decir que este es el principio y la base de cualquier tipo de educación, pues claramente sabemos que esta no implica la mera transmisión de ideas ya elaboradas (ciencia hecha), sino el conocimiento de ellas a partir del desarrollo de un pensamiento crítico, pues "si el hombre no desarrolla esta habilidad, será siempre una presa fácil".
Ahora bien, podemos notar cómo la educación desde los tiempos de Condorcet ya contaba con las inquietudes que aun en nuestros días se siguen anhelando, y digo se siguen, por que a pesar de que los discursos hablan sobre una total libertad de pensamiento, la verdad es que gozamos de una “libertad a medias”, condicionada por los intereses de quienes ostentan el poder, llámese iglesia y/o Estado, lo cual lamentablemente a pesar de los intentos no se a podido cambiar...

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